martes, 15 de enero de 2008

SOBRE LA OBRA DE LA PLAZA DE LA AMARGURA

Se ha permitido el partido andalucista el lujo de enjuiciar al actual capataz del PER, Manuel Miguel Mejías, a cuenta de las obras que se están realizando en la Plaza de la Amargura. Y decimos lujo, aunque más bien hay que decir osadía. Osadía porque ningún imberbe del partido andalucista está capacitado para enjuiciar profesionalmente a ese gran profesional de la construcción que es Manolo Sisto, como todos le conocemos.
Le dicen que no sirve, le hacen recomendaciones y le siguen diciendo lo que tiene que hacer. Y esto lo hace un plumilla de turno que ni tan siquiera sabe escribir un artículo, y muchísimo menos está cualificado para criticar una labor profesional que requiere una gran experiencia y mayor oficio. Es decir, que alguien que no ha cogido en su vida un palaustre le quiere dar lecciones a un hombre que, como capataz de las obras del PER, no tenía por qué estar metido en ese gran agujero para solucionar la papeleta. Pero así es Manolo, arremangándose en la faena dura para sacar adelante un problema importante. Ya les gustaría a los andalucistas haber tenido en el PER un capataz así cuando ellos gobernaban, un capataz que no le vocifera a la gente ni le grita como un energúmeno. Por ese camino comenzaron a irse muchos de los votos que un tiempo atrás (atrás, señores andalucistas) el pueblo les otorgó; por ese camino y por el de la prepotencia, la soberbia y el autoritarismo.
No le falta razón al capataz del PER cuando dice que esa obra no tendría que haber sido por el PER. Porque éstas tienen el presupuesto muy ajustado, y las sorpresas en forma de grandes agujeros que aparecen en lugares como éste, hacen que el presupuesto sea insuficiente para llevarlas a cabo. Lo que pasa es que el partido andalucista no le ha metido mano cuando gobernaba a lugares como este porque sabía de antemano la problemática que acarrearía. Y era más cómodo irse a calles en la que todo fuera muy simple. Y así nadie se complicaba la vida.
Ahora es distinto en todos los sentidos. Hay un magnífico capataz que da la cara y el callo, y a la vista está, acomete obras problemáticas pero muy necesarias y trata al personal del PER con el respeto que cualquier trabajador merece. Mientras tanto la denostada minoría andalucista trata de sacar petróleo dónde no hay más que agua. Quizás sea así para ocultar la vergüenza que les ha producido una derrota electoral que aún no tiene responsables, y que nunca los tendrá, porque en el PA no se asumen responsabilidades políticas ante fracasos sonados. En el PA se resiste como sea antes que admitir un fracaso sin precedentes. ¿Cómo pretenden hacer una oposición seria y creíble quienes han sido muy severamente castigados en las urnas por múltiples errores cometidos?
La obra se terminará con todas las garantías, y el pueblo sabrá apreciar la labor de un Teniente de Alcalde Socialista que se calza las botas y baja al agujero a solucionar la papeleta. Ahí esta la diferencia: Manolo Sisto es un Teniente de Alcalde que sirve a su pueblo; otros andalucistas se han servido del pueblo.

PD.- Antes de criticar una labor tan difícil como la de un oficial de la construcción, aprendan al menos a escribir. Corrijan sus grandes faltas de ortografía.