lunes, 18 de marzo de 2013

Las obras de reconstrucción de la Torre del Homenaje del Castillo han comenzado


El 10 de Marzo de 2010 la Torre del Homenaje de nuestro Castillo se venía abajo como consecuencia de las lluvias torrenciales que se produjeron en días anteriores. Setecientos años de vida se desplomaron en cuestión de segundos.

Los andalucistas, en su ya más que demostrada línea de alegrarse de cualquier mal que suceda en nuestro pueblo para achacárselo al Alcalde, le responsabilizaron de tal desgracia patrimonial, sin tener en cuenta el “pequeño” detalle de que dicha Torre había sido restaurada muy pocos años antes por el entonces gobierno andalucista. Qué restauración llevarían a cabo para que la Torre se cayese poco tiempo después de la restauración que ellos le hicieron.

La siguiente cantinela andalucista fue mofarse de las declaraciones del Alcalde en las que afirmaba que lucharía con todas su fuerzas para que la Torre del Homenaje se volviese a reconstruir. Y ahora, para su desdicha, la Torre se está construyendo. Es por ello que nosotros nos preguntamos: ¿Se reirán ahora con las obras ya comenzadas o se les habrá helado la sonrisa?

Atrás quedan muchas horas de trabajo y desvelo para conseguir que el 75% de la financiación lo aportase el Ministerio de Fomento a través del 1% cultural, exactamente 784.000 euros (más de 130 millones de las antiguas pesetas. Y nos volvemos a preguntar ¿Cuándo trajeron a nuestro pueblo tal cantidad de millones de un Ministerio para financiar una obra los andalucistas durante sus catorce años de gobierno? Nunca jamás.

Para conseguir el 25% restante de la financiación se sigue trabajando con la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, pero ante lo posibilidad de que finalmente no encuentren la fórmula legal que les permita hacerlo, en su día firmamos un convenio con la Diputación a coste 0% de interés para aportar el resto de la financiación. Aproximadamente, y con la baja producida en la adjudicación de la obra serían 160.000 euros, 100.000 euros menos de lo previsto en principio. Esta cantidad la reintegraríamos a la Diputación en tres años, y sería durante lo que queda de esta legislatura, con lo cual terminada la misma no dejaríamos nada pendiente de pago para la próxima legislatura.

A esto de pagar y cumplir con nuestras obligaciones presupuestarias corrientes y financieras ya estamos acostumbrados, algo sanísimo para tener credibilidad. Y decimos que estamos acostumbrados porque fueron los andalucistas quienes nos dejaron dos ronchas en forma de préstamos adquiridos por ese gobierno andalucista que hubo durante catorce años en Constantina. Por una parte nos dejaron pendiente de pago gran parte de un préstamos de 50 millones de las antiguas pesetas que pidieron para adquirir terrenos y al final se gastaron el dinero y no dejaron terreno alguno, y menos dinero de dicha operación. Más de 38  de los 50 millones de pesetas se los gastaron en gasto corriente, algo que está prohibido por ley cuando el crédito se pide para invesriones. Cinco años han tenido que pasar para que nuestro gobierno municipal socialista haya liquidado la totalidad de la deuda que nos dejaron los andalucistas.

Por otra parte nos dejaron pendiente otro préstamo de 60.000 euros (diez millones más de las antiguas pesetas) que solicitaron a diez años vista, y que aún a día de hoy, y después de estar pagando religiosamente durante nuestros seis años de gobierno socialista, queda pendiente una parte por pagar, que se pagará por supuesto y quedará saldado en esta legislatura también.

Así pues, con los datos sobre la mesa (contrastables en el ayuntamiento, por supuesto) ¿Quién es quién en todo este asunto?

Con todo, y sin la menor duda, lo verdaderamente importante es que las obras han comenzado, y que dentro de unos meses volveremos a contemplar la figura de esa Torre emblemática que un día se vino abajo y dejó un vacío físico en nuestro Castillo y emocional en nuestros sentimientos. Y nosotros, quienes creímos desde el primer día en su reconstrucción, sentiremos la satisfacción del deber cumplido.

Obras son amores, y no buenas razones.