No es mi intención entrar en el juego chabacano que han emprendido los escasos seguidores de ese reducto de partido político, que caben en un taxi y que se denomina andalucista, pero es que la mentira y la tergiversación creo que deben tener una respuesta en su justo término.
Desde luego que la tergiversación y la mentira en esta gente no es algo que me sorprenda ya que llevan así muchos años (desde el siglo pasado), pero lo que me causa risa, una saludable risa, es que me quieran presentar ante la ciudadanía de nuestro pueblo como un dictador. Desde luego es posible que yo esté haciendo un juicio de valor equivocado, ya que como internet es extensible a cualquier parte del mundo, cabe la posibilidad de que lo que realmente quieran es presentarme así ante el resto del planeta.
Estos "catedráticos políticos", en su muy antigua línea de enredar, ponen frases a su gusto en mi boca y además las distorsionan con el único objetivo de ridiculizarme. Es verdad que en el Pleno Ordinario del pasado día 1 de Octubre interrumpí mi intervención como portavoz del Grupo Socialista para pedirle a la concejala andalucista, Sonia Sánchez, que dejara de reirse ya que el foro donde nos encontrábamos está para una cosa tan seria como lo es tratar de solucionar los problemas de nuestro pueblo y su gente; como también es verdad, y eso no lo han dicho, que les acusé de tener algunas personas en su grupo que permanentemente demuestran muy poca educación en los Plenos con su comportamiento, un comportamiento carente del obligado respeto al oponente y, sobre todo, a los votantes que nos pusieron ahí a todos los componentes de la corporación para ejercer la defensa de los intereses de Constantina.
Y ya para terminar, pues como dije en una ocasión no quiero dedicar mucho tiempo a estas vanalidades porque mi tiempo ahora lo necesito para trabajar lo mejor que pueda por mi pueblo, quiero aclarar a estos ilustrados de la política dos cosas:
Lo primero, es que por mucho empeño que pongan en acusarme de dictador nunca conseguirán hacer mella en mi ánimo. Es al pueblo al que corresponde juzgar mi trayectoria; y al final, si considera que las maneras de sus políticos son dictatoriales, los pone donde les corresponde.
Y lo segundo, es que he sido cartero durante 29 años y con mucha honra. A partir del 23 de Octubre de 2006, fecha en la que tomé posesión como Jefe de Equipo de Servicios Periféricos de Correos, mi puesto de cartero pasó a ser vacante y posteriormente cubierto por otro compañero. No es presumir de ello porque no es mi estilo y porque además la referencia que de mí mismo doy aún es la de "soy Pepe el cartero", pero si quiero informarles a los ilustrados andalucistas, esos que creo que en su ánimo está el menosprecio cuando me llaman cartero, que el puesto de cartero lo conseguí en el año 1976 en unas oposiciones públicas y el que ejerzo en la actualidad en un concurso público interno; y además, que me las tuve que buscar porque no tuve la suerte de poder entrar de aprendiz de mancebo de farmacia ni la de tener amigos que beneficiados por mi acción política me colocaran en su empresa.
José Martínez Pérez. (Pepe el cartero)
