viernes, 10 de febrero de 2012

¿Y la oposición?

Tras más de 30 años de ayuntamientos democráticos, por primera vez el ayuntamiento de Constantina se ha quedado prácticamente sin oposición, algo que, lejos de satisfacer a nuestro gobierno municipal, preocupa en exceso el no contar con una necesaria oposición no solo para ser controlados y fiscalizados, sino para alcanzar los acuerdos necesarios cuando los intereses del pueblo están en juego, y más aún en momentos tan delicados como los que nos ha tocado vivir.

Decimos “prácticamente” porque aún queda la excepción de la concejal del Partido Popular, Matilde Rueda, quién en sus últimas intervenciones plenarias se ha podido apreciar que está más por la labor de trabajar con seriedad y sentido de la responsabilidad que por utilizar otros recursos menos loables y menos efectivos para Constantina.

Así las cosas nuestro Ayuntamiento cuenta con un equipo de gobierno socialista que está más fuerte que nunca en sus convicciones y tiene claro qué quiere hacer, y con una sola concejal de la oposición del Partido Popular que lleva a cabo su tarea con sus críticas, sugerencias y peticiones. Y luego están los que dicen ser andalucistas, de los cuales no sabemos si compadecernos, lamentarnos, o ni lo uno ni lo otro. Este batiburrillo de gente joven (con su maquiavélica excepción) después de ocho meses de legislatura aún no son conscientes de la responsabilidad que entraña el estar en posesión de un acta de concejal de un ayuntamiento. Lejos de ser independientes para decidir por sí mismos aún siguen tutelados por la vieja guardia andalucista que les mueve los hilos como auténticas marionetas, y se les nota a leguas que lo único que les han inoculado es el odio y la confrontación hacia nuestro Alcalde y a su gobierno municipal. Mal asunto.

La desinformación que muestran día tras día, pleno tras pleno, cada vez se acusa más. En un claro ejercicio de ignorancia supina se han lanzado a descalificaciones sistemáticas, a las continuadas mentiras a las que nos tienen acostumbrados y a la más chabacana demagogia que se ha visto jamás en un grupo municipal. Lo errores y contradicciones son de bulto, y los ciudadanos cada vez las aprecian más en esas lamentables intervenciones plenarias que protagonizan ése dúo nefasto compuesto por Sonia Ortega, patética portavoz, y Asunción Liñán, la mayor desestabilizadora del orden que debe imperar en las sesiones plenarias. Y luego tenemos a la que se dedica a jugar con el móvil durante todas las sesiones plenarias creyendo que está jugando a las casitas todavía, que esa es otra.

Nunca jamás una portavocía le vino tan grande a un concejal en nuestro ayuntamiento. Sonia Ortega chilla continuamente bien para intervenir sin tino alguno, bien para elogiar hipócritamente a cualquier colectivo local para buscar el rédito electoral, que no por convicción. Porque de ser así ¿por qué no dedicó esos elogios a estos colectivos cuando era concejal de gobierno? Sencillamente porque ni lo sentía así entonces ni tampoco lo siente ahora, solo es cuestión de conveniencia política para ganar un reconocimiento imposible. Antes, cuando era concejal de gobierno, dedicaba sus horas de trabajo a jugar al solitario en el ordenador de su despacho, y ahora se rompe las manos aplaudiendo histéricamente a cualquier cosa que se le ponga a tiro. De seguir así, el Alcalde más que preocuparse de adoptar medidas para desalojar a una concejal expulsada del pleno, va a tener que solicitar la presencia en los mismos de un equipo sanitario para atender los ataques de histeria y de ira incontrolada que sufren estas dos singulares concejalas andalucistas.

Habría que suponer que el “Partido” Andalucista tendría que recomponer esta situación que cada día se les va más de las manos, pero eso mucho suponer. Porque por un lado están los que les inoculan odio e ira al grupo municipal aún a sabiendas de que eso no les funcionará, y por otro algún que otro desnortado por un problema de desempleo que cuando convenía a sus intereses informaba al PSOE de las cuitas internas andalucistas con la clara intención de perjudicar a los “compañeros” con los que no comulgaba para que el PSOE le hiciera la purga que le dejase el camino libre para su propio interés, algo a lo que jamás nos prestamos. Y además no podemos olvidarnos de otro que lleva diez años proclamando por todos los bares del pueblo que él será el próximo y eterno candidato andalucista a la Alcaldía de Constantina. ¡Vaya tándem!

Es lo que hay. Un equipo de gobierno de personas adultas, serias y responsables frente a un variopinto grupo andalucista representado por una portavoz sin voz propia que sigue creyendo que la sala de Plenos es el escenario de un teatro. Y no, Sra. Ortega, es algo mucho más serio, pero usted jamás llegará a entenderlo. Eso es lo verdaderamente triste.

En un próximo artículo desmontaremos la canción de “las mentiras del Alcalde” que como auténticos loros repiten continuamente en el blog andalucista. Son muy “valientes” y ligeros con los dedos cuando no tienen que dar la cara, pero en los debates que los ciudadanos pueden ver por la TV local se puede apreciar claramente dos cosas fundamentales: la escasísima preparación política de los andalucistas para desempeñar el cargo de concejal y la cobardía política que practican. Ni tan siquiera la juventud de algunos de ellos les exime de tanta irresponsabilidad y demagogia.