En el pleno
ordinario del pasado miércoles, día 29 de Marzo, el Partido Andalucista a
través de su portavoz, Sonia Ortega, realizó una grave acusación a las Hermanas
Mercedarias de la Caridad.
En el punto sexto
del orden del día, que se trataba de la aceptación de cesión de terrenos en
Avda. de Andalucía provenientes del convenio urbanístico suscrito entre el
Ayuntamiento y las Hermanas Mercedarias de la Caridad , la portavoz
andalucista manifestó su intención de votar en contra argumentando que ya en su
día esta congregación religiosa realizó el cambio de catalogación de aquellos
terrenos a lo que se opusieron por considerarlo “una especulación urbanística”.
Como todos los ciudadanos
y ciudadanas de Constantina deben saber, el convenio urbanístico llevado a cabo
por el Equipo de Gobierno socialista con las Hermanas Mercedarias de la Caridad supone que a
cambio de la recalificación de los terrenos, propiedad de las citadas Hermanas,
el Ayuntamiento adquiere en propiedad los 2.500 metros
cuadrados necesarios para la instalación de la Piscina Cubierta que en el
programa electoral del PSOE del año 2007 comprometimos con el pueblo y cuyo comienzo de las obras está a
la vuelta de la esquina.
Y los
andalucistas, esos que en la pasada campaña electoral lucieron el lema, “Constantina, nuestro compromiso”, han
dado muestras una vez más de no querer sumarse a los avances de nuestro pueblo,
por lo que se ve claramente que el compromiso de esta gente pasa solo por el
beneficio personal o de partido.
Pero si ya es
grave esta actitud de los andalucistas de no apoyar los proyectos beneficiosos
para nuestros conciudadanos, lo es más aún el que sin ton ni son y rayando la
más absoluta irresponsabilidad acusen a las Hermanas Mercedarias de la Caridad de especulación
de los terrenos por el mero hecho de haber suscrito un convenio urbanístico, totalmente
legal, con nuestro Ayuntamiento para que el PGOU contemple aquellos como
urbanizables.
¿Cabe una actitud
más impresentable por parte de un grupo de oposición política? Acusan de
especulación, por una negociación clara y transparente, a las personas que
realizan desde tiempos inmemoriales una impagable labor social en nuestro
pueblo como lo es el cuidado de muchos de nuestros mayores en la última etapa
de sus vidas.
¿Quién no ha
tenido a lo largo de nuestra historia reciente algún familiar que haya pasado o
esté pasando la última etapa de su vida en la residencia de ancianos que
regentan nuestras Hermanas Mercedarias de la Caridad ? ¿Quién puede tener la desfachatez y la
desvergüenza, no ya de acusar sino de pensar siquiera que esta Congregación
pueda buscar la especulación?
Esa doble
condición, tan negativa en cualquier
caso, la han tenido los andalucistas de nuestro pueblo y para con unas personas
merecedoras de otro trato muy distinto. En vez de escribir tanto y tan mal en
esa gaceta informativa que tienen en Internet, deberían reservar un pequeño
espacio en ella para pedir perdón al pueblo por su desastroso comportamiento en
este tema, pero como no lo harán, desde aquí les sugerimos que aunque sea
privadamente se excusen ante la Hermana
Superiora por esta más que sonora metedura de pata.